Cuello uterino
La porción cervical del útero es fusiforme y se abre en cada
extremo por pequeñas aberturas, los orificios interno y externo.
El límite superior del cuello uterino corresponde al orificio interno, que está al nivel donde el peritoneo se refleja hacia la vejiga. El segmento superior del cuello, la porción supravaginal, yace por arriba de la inserción al cuello.
Está cubierto por el peritoneo en su cara posterior, a ambos lados se une con los ligamentos cardinales y está separado de la vejiga suprayacente por tejido conjuntivo laxo.
El componente vaginal inferior del cuello uterino se denomina porción vaginal. Antes del parto, el orificio cervical externo es una pequeña abertura oval regular.
Después del trabajo de parto y en especial de un parto vaginal, el orificio se convierte en una hendidura transversa que se divide de manera que origina los llamados labios anterior y posterior del cuello uterino.
Si se desgarra profundamente durante el parto, el cuello uterino puede cicatrizar de manera tal que parezca irregular, nodular o estrellado.
La porción del cuello uterino distal al orificio externo se llama ectocérvix y está revestida de modo predominante por epitelio pavimentoso estratificado no queratinizado. En contraste, el conducto endocervical está cubierto por una sola capa de epitelio cilíndrico secretor de mucina, el cual crea pliegues internos a manera de hendiduras o “glándulas”.
Por lo general, el epitelio del endocérvix se desplaza hacia afuera durante el embarazo en dirección del ectocérvix por crecimiento del cuello uterino en un proceso llamado eversión.
El estroma del cuello uterino está constituido principalmente por colágena, elastina y proteoglucanos, pero por muy poco músculo liso. Los cambios en la cantidad, la composición y la orientación de esos componentes llevan a la maduración del cuello uterino antes del inicio del trabajo de parto. En etapas iniciales del embarazo, la vascularidad y el edema aumentados dentro del estroma del cuello uterino llevan al tinte azul y al reblandecimiento característicos de los signos de Chadwick y Hegar en el cuello uterino, respectivamente.
El límite superior del cuello uterino corresponde al orificio interno, que está al nivel donde el peritoneo se refleja hacia la vejiga. El segmento superior del cuello, la porción supravaginal, yace por arriba de la inserción al cuello.
Está cubierto por el peritoneo en su cara posterior, a ambos lados se une con los ligamentos cardinales y está separado de la vejiga suprayacente por tejido conjuntivo laxo.
El componente vaginal inferior del cuello uterino se denomina porción vaginal. Antes del parto, el orificio cervical externo es una pequeña abertura oval regular.
Después del trabajo de parto y en especial de un parto vaginal, el orificio se convierte en una hendidura transversa que se divide de manera que origina los llamados labios anterior y posterior del cuello uterino.
Si se desgarra profundamente durante el parto, el cuello uterino puede cicatrizar de manera tal que parezca irregular, nodular o estrellado.
La porción del cuello uterino distal al orificio externo se llama ectocérvix y está revestida de modo predominante por epitelio pavimentoso estratificado no queratinizado. En contraste, el conducto endocervical está cubierto por una sola capa de epitelio cilíndrico secretor de mucina, el cual crea pliegues internos a manera de hendiduras o “glándulas”.
Por lo general, el epitelio del endocérvix se desplaza hacia afuera durante el embarazo en dirección del ectocérvix por crecimiento del cuello uterino en un proceso llamado eversión.
El estroma del cuello uterino está constituido principalmente por colágena, elastina y proteoglucanos, pero por muy poco músculo liso. Los cambios en la cantidad, la composición y la orientación de esos componentes llevan a la maduración del cuello uterino antes del inicio del trabajo de parto. En etapas iniciales del embarazo, la vascularidad y el edema aumentados dentro del estroma del cuello uterino llevan al tinte azul y al reblandecimiento característicos de los signos de Chadwick y Hegar en el cuello uterino, respectivamente.
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